sábado, 18 de agosto de 2012

El tiempo lo cura todo...

No puedo más. 

Esa es la frase que me llevo repitiendo semanas, como un mantra. Y sin embargo, sin quererlo, han pasado esas semanas. 

Tomo aire. Lo suelto despacio, con los ojos cerrados. Pero sigue esa presión en el pecho. 

Paso horas en la cama, mirando el techo. Paso horas en la playa, mirando el mar venir e irse. Paso horas delante del ordenador. He ido a tomar algo y a intentar sonreír. Pero es igual. Los brazos siguen pesando, cuesta no tener la cabeza gacha y el pecho sigue doliendo. 

El tiempo lo cura todo. Y sé que es cierto. No es la primera vez. Pero precisamente esta vez a diferencia de las demás, me da miedo que el tiempo pase. Si cada vez pasa más tiempo, más lejos estarán de mí algunos recuerdos. Cada hora que pasa, cada día, cada semana, hacen que haya menos opción de volver a revivirlos.

El tiempo lo cura todo... pero qué lástima...

Tomo aire... lo suelto despacio...

jueves, 9 de agosto de 2012

Cuatripolaridad

Siempre he sido muy bipolar. Siempre. No sé.. quizás es una enfermedad y debería hacérmelo mirar... Pero sí, soy bipolar. De hecho, creo que la mayoría de la gente lo es. Diría más, creo que la mayoría de la gente es cuatripolar. Porque tengo la mentalidad bipolar, pero también tengo los sentimientos bipolares. Así que llegamos a cuatripolar. Y a partir de aquí empezamos. 

Soy cuatripolar. Y sinceramente, es un coñazo. Porque para llevar a cabo alguna acción, algún movimiento en mi vida, tiene que haber algun acuerdo entre alguna de esas partes. Si cada una va a su bola, mal vamos. Y si quedan dos a dos, pues sigo sin actuar. 

La mente está claro que es racional. Lo racionaliza todo, no hay sentimientos de por medio. Pero igualmente, de forma racional siempre hay un lado racional positivo y uno negativo (al menos a mí me pasa...). En cada situación posible, mi mente siempre analiza las cosas desde un punto de vista que me puede llevar a pensar a un resultado más positivo y otra distinta que lo que hace es sacar el lado negativo de las cosas. Sin sentimientos, ya lo he dicho. Simplemente se encarga de esa parte más oscura que puede tener cualquier situación. 

Los sentimientos... ay, los sentimientos. Esos que van completamente a su aire aunque la mente esté diciendo... ¡¡pero despertad de una vez y espavilad!! Nada. No atienden a razones ni argumentos. Pero es que incluso hablando únicamente de sentimientos... siempre hay dos lados. Por un lado un sentimiento "puro" por así decirlo. Un sentimiento que siente lo bueno de las situaciones. Que se regozija con un simple rayo de luz en una tormenta. Un lado que aunque estés discutiendo a voz viva, se pone contento porque justo en ese momento te ha rozado la mano sin querer (sí... ya he dicho que no atiende a razones...). Pero claro, también está el otro lado de los sentimientos "el lado oscuro". Un lado que hace que aunque las cosas vayan geniales en tu vida, que veas mariposas y arcoiris everywhere, no sabes por qué pero tienes un huequecito para los miedos y las historias raras. 

Así que aquí estamos con esos cuatro cajoncitos que llevamos dentro. Quizás hay épocas de más calma en la vida, en los que los lados positivos (mental y sentimental) están pletóricos y la presión de los negativos no es tan grande, así que se vive bien con la cuatripolaridad. Y también, por supuesto, hay momentos en que se ve todo gris, estás malhumorado y los días te saben...directamente no saben a nada. Y quizás brillen un poquito los lados positivos, pero está claro que ganan los del lado oscuro... Y así vamos. Unas veces bien... otras mal... Pero los días en los que estás completamente inestable... los días en los que no sabes por dónde leches caminar... esos días cada uno de los cuatro cajoncitos quiere explotar con un sinfín de razonamientos y sentimientos que verdaderamente, no tengo ni pizca de ganas de sentir ni de razonar... esos días, me cabrean.

... esta es una entrada rara... siempre acostumbro a empezar con un tema, empiezo hablar y dejarlo cerradito al final. Este post no tiene nada que ver. No es racional. Ni sentimental. Aunque supongo que está cargado de ambos... 

Mierda de cuatripolaridad...